viernes, 12 de junio de 2015

Cómo superar un divorcio.


 

 
 
 
Un divorcio es uno de los momentos más difíciles que tenemos que enfrentar.

De repente nuestra vida cambia. A veces porque nosotros así lo decidimos y en ocasiones, porque otra persona tomó una decisión que nos afecta de manera importante.

Durante esa época vivimos una serie de emociones que no sabemos cómo manejar y que, con frecuencia, ocupan una gran parte de nuestros días. Tristeza, enojo, resentimiento, culpa y/o depresión, son algunas de las causas de un sufrimiento constante.

Cuando esto sucede, todos quisiéramos encontrar una solución que eliminara nuestro dolor lo antes posible y nos desesperamos cuando pasan los días y vemos que esto no sucede y todavía más, si vemos o nos enteramos que nuestra pareja, aparentemente está bien o está relacionándose con alguien más.

Para superar un divorcio debemos vivir el proceso de duelo de cualquier pérdida, con sus etapas normales:

  1. Fase de Negación. Esta etapa es de muy corta duración y se da porque nos es difícil aceptar que a nosotros nos pueda estar sucediendo algo así.
  2. Fase de Enojo o Ira. El coraje es hacia Dios, la suerte, etc., lo que sea que pueda ser la causa de lo que nos está sucediendo. Es la típica pregunta de “¿por qué a mí?”. Es enojo es, en parte, por no poder evitar lo que está sucediendo.
  3. Fase de Negociación. En esta etapa buscamos negociar con Dios o con nosotros mismos que si sucede “X” estamos dispuestos a hacer “Y” con tal de que las cosas mejoren.
  4. Fase de Depresión o de un gran dolor. Empezamos a estar conscientes de la pérdida y de lo que ésta implica en sus diferentes aspectos y nos vemos invadidos por una gran tristeza y, en ocasiones, incluso por una depresión.
  5. Fase de Aceptación. Aceptamos que el divorcio es inevitable y empezamos a ver la situación desde una perspectiva diferente, que nos permite empezar a recuperarnos.
Obviamente las etapas no se dan siempre en este orden e incluyen otros aspectos como son, otras emociones, cambios de conductas, autocuestionamiento, etc.

Sin embargo es importante tener en cuenta que:

  • Es necesario reconocer, aceptar, sentir y expresar los sentimientos. Sin embargo, es importante elegir bien con quién los vamos a compartirlos.

  • Debemos de estar conscientes que aceptar no quiere decir negar lo que sentimos o racionalizarlo.

  • Tenemos que hacer un esfuerzo para salir adelante. Si esperamos que el simple paso del tiempo sane nuestras heridas, lo que generalmente resulta es que emocionalmente nunca acabamos rompiendo con nuestra expareja, la tristeza y/o el coraje siempre nos unen a ella.

Te recomiendo leer el artículo “Algunos consejos para superar un divorcio

lunes, 8 de junio de 2015

El manejo de los celos.


Son los celos una muestra de amor.





Los celos pueden llegar a destruir una relación. Sin embargo, la persona celosa pocas veces acepta que tiene un problema y cuando lo acepta suele reaccionar de las siguientes maneras:

Afirma que la culpa es de su pareja, ya que es ella la que provoca dichos celos.

Dice que así es y que no puede cambiar, pero que va a tratar de no reclamarle a su pareja.

Se “disculpa” alegando que es una muestra de amor.

Cualquiera de estas tres opciones es equivocada.

Independientemente de la conducta de la pareja, la persona que es celosa tiene un problema y si puede cambiar, si trabaja para lograrlo y los celos que hacen sufrir a una pareja y dañan una relación nunca son una muestra de amor.
Te recomiendo que leas el artículo “El manejo de los celos

viernes, 5 de junio de 2015

Luchemos contra el estrés.


 
Luchemos contra el estrés.
 
 
 
 
Con frecuencia estamos estresados y ya ni siquiera lo notamos. Vivimos tan inmersos en las prisas del día a día, que no tenemos ni siquiera el tiempo necesario para hacer un alto y observarnos, para así poder detectar qué es lo que nos está sucediendo.

Esto sucede hasta que nuestro cuerpo ya no resiste más y empezamos a tener síntomas importantes que nos obligan a disminuir el ritmo que llevamos y entonces, en ocasiones nuestro cuerpo ya no puede volver a recuperarse totalmente. Hemos pagado un costo muy alto.

¿Por qué esperar a que nuestro cuerpo esté lastimado o debilitado para cuestionarnos sobre nuestros hábitos de vida?

Es cierto que el medio ambiente en el que vivimos nos envuelve y contagia de emociones, con frecuencia desgastantes, pero si nos fortalecemos física y emocionalmente, el daño siempre es mucho menor y en ocasiones ni siquiera se da.

Te invito a leer el artículo: ¿Cómo definir y mejorar las causas de mi estrés?