lunes, 31 de agosto de 2009

Reprimir las emociones negativas.

¿Qué es lo que a ti te estresa?

Seguramente, cuando escuchas esta pregunta, te vienen a la mente toda una serie de personas o situaciones bastante fáciles de identificar, como por ejemplo, las presiones familiares, económicas o de trabajo, la falta de tiempo para hacer todo lo que tenemos pendiente, enfrentar situaciones en las que no nos sentimos seguros de cómo actuar, el ruido, etc.

Sin embargo, podemos vivir experiencias que nos estresan, sin darnos cuenta del alto nivel de estrés que nos están provocando y, por lo tanto, de lo mucho que nos afectan, tanto física como emocionalmente. Por ejemplo, cuando tratamos de reprimir nuestras emociones.

Existen toda una serie de emociones que consideramos negativas, como el coraje, miedo, depresión, celos, angustia, etc., que tendemos a tratar de reprimir, negándolas, ignorándolas y si es posible, tratando de no sentirlas.

¿El resultado?

Por un lado, dichas emociones no desaparecen. Se quedan a nivel preconsciente o inconsciente, listas para surgir con fuerza y con poco control de nuestra parte, ante cualquier oportunidad.

Por otro lado, para reprimir nuestras emociones, necesitamos una gran cantidad de energía y cerrarnos, lo más posible, en nuestra capacidad de sentir. Esto nos genera mucho estrés y un gran desgaste físico y emocional.

Pocas veces nos damos cuenta del gran esfuerzo que nuestra mente y cuerpo necesitan realizar para mantener suprimida alguna emoción. Sin embargo, dicha represión provoca en nuestro organismo molestias físicas, dolores, enfermedades y disminuye el control que tenemos sobre nuestra conducta en particular y sobre la vida en general.

Por eso es importante reconocer dichas emociones, para poder manejarlas y expresarlas adecuadamente.

Te recomiendo los siguientes artículos:

¿Para qué nos sirven las emociones "negativas"?
Cómo reconocer nuestros sentimientos.